Día 2
El encuentro con la Nación Mbyá Guaraní, cultura
ancestral de mi tierra natal; fue gradual, paulatina, como adentrarse en la
selva buscando el claro donde habita la Vida… hubo que descorrer prejuicios que
nublaban la vista y cortar miedos que se enredaban entre las piernas cuando
quería avanzar…
La presentación de mi trabajo final de la Lic. en Pintura se llamó “Huellas”, y fue un recorrido interior, profundo, revelador; que se plasmó en 16 obras nacidas de palabras de hondo sentido espiritual para el pueblo Guaraní. La muestra tuvo sentido de instalación, con un recorrido que seguía el derrotero que tuvo mi alma durante la creación de cada obra… obviamente nadie que asistió a la muestra lo entendió…
Eso me golpeó duro, sentí que había una
brecha insalvable entre el mundo espiritual y la consciencia consumista del “ARTE”.
Pero el golpe más duro me lo dio uno de los profesores del Tribunal que me evaluó. Después de recorrer la muestra y escuchar todo lo que les expliqué sobre la búsqueda, los encuentros, la bitácora donde registré las impresiones y pensamientos que despertaron todos los autores que leí; me dijo: “-Todo muy genial, pero ¿qué dicen los Guaraníes de lo que vos estás mostrando? Nosotros siempre tomamos de ellos lo que consideramos valioso para nutrir nuestra experiencia y nuestra producción; pero qué opinan ellos de lo que vos decís?”
Guau! Eso fue el tajo que marcó mi vida y
mi camino para siempre…
Ese día decidí dejar de pintar, dejar de “producir
arte” para abastecer el consumo de una sociedad
desacralizada; y empecé a
buscar el camino que me llevara a preguntarles a ellos qué pensaban de lo que
nosotros decíamos y hacíamos…
Entonces la Tierra me puso en dirección a
Takuapí…
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