Este año 2020 quedará grabado a Fuego en nuestra memoria, individual y colectiva.
Y pasará a nuestras futuras generaciones con una impronta imborrable.
La Vida; tal como la teníamos concebida en sus rutinas, posibilidades, límites, desafíos y alcances hasta marzo de este año; ya se despojó de todo sentido de lo familiar.
Hemos sido llamad@s a transitar senderos completamente desconocidos, en la realidad externa y en los territorios interiores.
Si bien cada persona interpreta esta situación de una manera íntima, personal y única; a nadie ha dejado indiferente este tiempo de crisis.
Los incendios han llegado luego de largos meses de encierro, miedos, inseguridades, pérdidas materiales y afectivas. Un fuego que ha devorado sin piedad espacios de reserva de Vida ante la imposibilidad de nuestra finitud humana de contenerlo.
Y ¿qué nos queda luego de tanto despojo?
Con Pacha sentimos que nos queda el camino de regreso a casa.
Nos queda la piel desnuda de tantas capas de barniz "civilizado" que sólo nos aisló de la Madre Tierra, volviéndonos insensibles, desconectad@s de esa consciencia vital que podría garantizar nuestra existencia al permitirnos reconocer nuestra interdependencia a la Vida que nos rodea.
La VIDA es la expresión primera y última de todo lo que existe. En sí encierra el poder de garantizar la continuidad de esa FUERZA VITAL que la constituye; y su accionar queda enorme para la pretensión humana de reducir los acontecimientos naturales al cajoncito de juicios de valor.
El Fuego se ha focalizado en las pocas reservas de Vida que contaban las grandes ciudades para seguir viviendo en su burbuja de "progreso moderno" con "comodidades" artificiales que se sostienen de la "incomodidad rústica" de los espacios rurales.
Hoy toca sufrir a las personas que están perdiendo entre los dedos su vida natural a manos del fuego.
Pero mañana ha de llegar la onda expansiva del daño de hoy a los centros cosmopolitas. Y ese impacto requerirá de un cambio de consciencia radical y profundo para transitarlo.
La gente que hoy sufre en su mayoría se sabe hij@ de la Tierra, conoce los secretos para renacer de las cenizas.
La gente en las ciudades necesita encontrar la manera de regresar a la Madre Tierra, necesita empezar a aprender a sintonizar con el pulso cíclico de la Vida y la Muerte para fortalecer el espíritu y florecer nuevamente a la conciencia milenaria del respeto a la Naturaleza.
Que el Corazón del Cielo te cobije y el Corazón de la Tierra te sostenga Siempre en Consciencia.
@_los_cuentos_de_pacha
@_enterarte_
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