jueves, 8 de octubre de 2020

12 de Octubre... mucho para pensar y mucho más para descolonizar

Una mirada hacia el origen siempre nos ayuda a situarnos en el presente con los pies más firmes, cuando tomamos consciencia de la naturaleza del suelo que pisamos, podemos dar pasos seguros en la dirección que decidimos caminar.

Aquí les dejamos un fragmento de un profundo y necesario análisis sobre esta fecha; de la autoría de Carlos Masotta, profesional principal del CONICET en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, se ha dedicado a investigar no sólo sobre el proceso de conquista que tuvo lugar hace más de cinco siglos en lo que hoy conocemos como América, sino también el relato de las celebraciones que se instalaron a partir de fines del siglo XIX cuando se terminan de organizar los estados-nación. En este marco fue que el 12 de octubre se convirtió en una efeméride que en los países hispanoamericanos se conoció como Día de la Raza.


¿Cuándo comienza a celebrarse en la Argentina? ¿Qué significa su nacionalización?

En la Argentina, los festejos de 1892 fueron espectaculares y estuvieron liderados por las numerosas y, en algunos casos, influyentes comunidades de inmigrantes italianos. En efecto, el primer festejo de relevancia fue de carácter itálico. La nacionalidad de Colón -nacido en Génova- era la base sobre la cual se había emergido el genio del almirante. Miles de inmigrantes desfilaron por el centro de Buenos Aires con estandartes y antorchas. El Estado argentino apoyó los festejos pero fue unas décadas después, en 1916, cuando se adoptó la fecha en el calendario oficial. En ese lapso, el proceso inmigratorio español se había incorporado en forma decisiva y ahora los festejos colombinos cambiaban de nacionalidad. Fueron las organizaciones de inmigrantes españoles y los vínculos diplomáticos con España los que hicieron que el carácter italiano de la efeméride se traslade al hispano. El hipanismo fue una pieza clave de nacionalismo cultural de la época. La adopción como efeméride festiva y oficial afianzó definitivamente su carácter nacional haciéndola ingresar en educación escolar. Esto sin duda le dio mayor densidad semántica a la cual se sumó un agregado novedoso que reverbera hasta hoy: la raza. Desde entonces y hasta las recientes intervenciones en su significado, el 12 de octubre se festejará como el día de la raza. La concepción del gran hombre hacedor de la historia que se había popularizado con la difusión de las obras de Carlyle desde el siglo XIX y que sin duda impactaron en la invención de Colón como héroe, ahora adoptaban un principio de inteligibilidad de la historia en clave colectiva. Si los grandes hombres hacían la historia era la raza la que los movía. No se trataba sólo de un principio biológico sino cultural, como una versión naturalista de la nación. El 12 de octubre en manos de los discursos de la nación fue conformándose como un dispositivo de imagen ingenua (la escena de un desembarco feliz) pero por eso mismo especialmente efectivo y poderoso en la difusión e incorporación del ideario conservador, racializador y autoritario.


¿Cuál fue el relato escolar que se instaló en torno a la conquista de América?

Sin duda la escuela fue el gran difusor (aunque no el único) del relato colombino. Repárese en que la figura del gran hombre es dispuesta en función de un acontecimiento llamado “Descubrimiento de América”. Se funden y se citan mutuamente. Como dijimos, resulta en un mito poderoso. Un gran hombre, un gran acontecimiento. Tan potente es, que a pesar de que desde el 2010 un decreto presidencial haya cambiado su significado por el del “día del respeto a la diversidad cultural”, las revistas escolares argentinas siguen dedicando su número de octubre a Colón y su descubrimiento. Yo creo que las efemérides producen un efecto de verdad poderoso y difícil de modificar a pesar de que se cambien las denominaciones mientras se mantengan las fechas. Ese efecto se produce por el establecimiento del lazo entre un acontecimiento y una fecha. Pensemos en nuestros cumpleaños. Sin duda nuestro nacimiento fue un acontecimiento, pero allí no había mucho de lo que hoy somos.


y como reflexión final:
La reproducción resemantizada de la fecha parece más un síntoma del trauma histórico que conlleva que una instancia superadora. Sin duda el debate sobre la interculturalidad es necesario, pero desde las ciencias sociales sabemos que la convivencia ecuánime se logra con formas sociales y económicas que las sustenten, y mientras eso no se dé no hay fórmula que lo pueda contener o propiciar.



(imagen tomada de internet)


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