miércoles, 13 de mayo de 2015

La Revolución de Mayo y los pueblos indígenas...

Una vez más llegamos a las fechas fundacionales de nuestra historia como estado Argentino...
Argentina y su riqueza cultural... 

y una vez mas creemos importante poner a consideración algunas reflexiones... así es que antes que nada nos parece atinado volver a revisar el sentido y significado de las efemérides y sus actos institucionales... sin embargo, desde nuestro punto de vista, estos mitos fundantes plantean algunos puntos que nos anclan en patrones repetitivos de dramas socio-culturales que se presentan como insalvables... pero quizás lo sean porque año tras año reactualizamos un mito sin una mirada crítica y una revisión histórica profunda que nos permita salvar este drama y alcanzar una nueva dinámica socio-cultural...
Siguiendo a Melich, en su libro "Antropología Simbólica y Acción Educativa", compartimos:
"Lo importante no es tanto definir el mito como descu­brir su función. Los mitos sirven para garantizar la perma­nencia y constitución de una sociedad a partir de un valor supremo. La función del mito es ser un paradigma, un modelo de todas las acciones y decisiones humanas. El mito es lo que da sentido, es un horizonte de inteligibili­dad, que posee un carácter legitimador (en el sentido de justificador). El mito es razón última (o, si se quiere, razón primera). Es en este sentido que sostengo que es un relato fundador de las interacciones e instituciones sociales. El mito es un sistema dinámico de símbolos que se convierte en relato; es el relato originario que sirve de soporte para la construcción del mundo de la vida, de la cotidianidad. El mito aglutina, cohesiona ilusiones colectivas."

¿A qué apunta esto? a poder comprender que cada efeméride escolar se origina en un Mito Fundante que ha sido elegido para significar el Mundo de la Vida de nuestro pueblo...


Aníbal Montes, el 27 de septiembre de 1950, publica un artículo en el Diario La Voz del Interior, cuyo título es:
"Cómo llegaron los indígenas a la Revolución de Mayo" y comenta lo siguiente:
Corre el año 1814 cuarto de la Libertad. Veamos como procede uno de los tiranuelos del coloniaje, en su afán de esquilmar a los "indígenas" que aun quedaban y quitarles sus tierras.
Estos indígenas eran en reali­dad los criollos de la época, de los cuales descienden los criollos actuales, mestizados en ma­yor o menor grado con el hispano.
Tomaremos como ejemplo al pueblo de Quilino, que otrora fuera el Feudo de los Cabrera desde don Gerónimo el fundador. Fue la prenda preciada y más valiosa de tan ilustre familia.
Quilino con sus buenos sistemas de regadío y fecundas tie­rras constituyó desde la Con­quista una comarca envidiable.
En vísperas del rompimiento de las cadenas que oprimían nuestra Patria, encontramos al pueblo indio de Quilino bajo la férula de un terrateniente que ya le había arrebatado muchas tierras y lo tenía cercado, estrangulándolo y explotando sus habitantes. Y no se trata solamente de un latifundista abusador y egoísta que acapara tierras. Es algo mucho más grave que esto, pues se trata del Juez Territorial de la zona, que inventa agravios y delitos para extorsionar a los que gobierna.
Quilino no es una excepción elegida expresamente para argumentar. El caso es general en todas las Comunidades indíge­nas y del cual me ocuparé en un libro especial sobre el tema, que tengo en preparación. Pero citemos ahora este caso especial"

Carlos Martínez Sarasola, en su libro "Nuestros Paisanos los Indios", también comenta lo siguiente, en relación a esta fecha:

Los pueblos originarios libres (señalados en azul) no entraban
en las consideraciones de la Asamblea.
"El decreto de extinción del tributo es solemnemente sancionado por la Asamblea General del año 1813 que además proceda a la abolición de la mita, la encomienda, el yanaconazgo y todo servicio personal, declarando que los indígenas son hombre libres e iguales a todos los demás ciudadanos 
[...]
Este sustantivo decreto, alimentado de la ideología de la Revolución Francesa, como todas las disposiciones de la época sancionadas en esa dirección, constituye con otros de la Asamblea, el fundamento jurídico de la igualdad ante la ley y la abolición de toda forma de esclavitud o discriminación y se convertirá posteriormente en cláusula constitucional a través de los artículos 15 y 16.
los pueblos originarios que aspiraron a mantener su derecho a la
libertad y a vivir en su tierra, pasaron a formar parte de la
amenaza que se cernía sobre ´el país´ al otro
lado de la frontera
Esta política de integración hacia las culturas indígenas - fenómeno repetido en casi todo el continente - estaba dirigida fundamentalmente hacia aquellas comunidades ya incorporadas y/o sometidas, o hacia las que como las del Alto Perú todavía prestaban servicios a los españoles.
Los rebeldes tehuelches, araucanos, guaikurúes o charrúas no encajaban en los planes de los jefes revolucionarios que como Moreno, Chiclana, Monteagudo, Belgrano o Castelli estaban más volcados a la unidad con la población indígena (unidad que se entendía desde la asimilación y no desde el genuino respeto a la diversidad -nota personal).  Las fronteras con Chaco, Pampa y Patagonia seguirían inestable y peligrosas."

A continuación, volvemos a citar a Aníbal Montes, quién en 1939 publicara también en La Voz del Interior, un artículo con motivo del 12 de octubre, donde presenta la siguiente reflexión:


Cuando llegaron los españoles a América en tren de conquista, llegaron en pequeño número en comparación de los millones de habitantes americanos y no trajeron mujeres o las trajeron en muy escaso porcentaje.
En un muy extenso capítulo de mi obra “Indígenas y conquistadores de Córdoba” (aún inédito) estudio las condiciones en que se gestó la primitiva sociedad.
Ahí están los casos concretos de las cien familias que le dieron ori­gen, de las cuales muy pocas quedaron sin sangre americana en la primera generación.
Pero en esa aldea de los pri­meros tiempos, sin aporte de nuevas familias extranjeras, suce­dió lo que obligadamente tenia que suceder: un siglo después de su fundación ya estaban entrela­zadas ente si por uniones matri­moniales todas las familias ori­ginarias.
Lo mismo sucedió en Santiago del Estero y las provincias andinas, y en menor grado en las litorales.
los gauchos, hijos de nuestra tierra...
Cuando llegó la Revolución de Mayo estaba ya constituida una nueva raza en nuestro país, que difería de la raza americana (o sea la llamada raza ándida para las provincias del interior), pero difería aún más de la española: dicha nueva raza era la criolla y su mas genuina expresión la constituía el Gaucho.
Digan lo que quieran sus detractores hispanistas, este proto­tipo legendario, ni era indio ni era español y gracias a sus extraordinarias condiciones de centauro y de guerrero, fue posible a nuestros Próceres improvisar esos pequeños ejércitos que ven­cieron a los aguerridos ejércitos de los colonialistas.

Con todos estos textos, lo que aspiramos es a proponer una nueva mirada sobre los motivos, las razones y los argumentos con los que se conmemoran los actos escolares.  Una mirada más interesada en escarbar un poco más profundamente en nuestra historia, revisando las categorías dadas por el discurso oficial, y replanteando estos mitos,y sus ritos puestos en acción con cada acto institucional, poder dar a luz una conciencia más comprometida con nuestro pasado para subsanar los errores que nos llevan a atravesar rutinariamente los mismos dolores, las mismas luchas, los mismos desencuentros, en lugar de construir un presente y un futuro más inclusivo, armonioso, comprensivo y prometedor...

Qhapaq Inti Raymi - Solsticio de Verano

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